Desde
la Asociación Levantina de DEfensa Ambiental y la Plataforma El
Cabezo Libre de Petróleo, a raíz de numerosas informaciones y
hechos relacionados con la mediática consulta popular sobre el
petróleo en Pinoso, deseamos hacer nuestra aportación al asunto,
toda vez que en el Foro Ciudadano celebrado el pasado día 25 no se
nos permitió expresarnos con la suficiente libertad.
Ante
todo, cabe dejar claro que aunque la concejala de Medio Ambiente, la
Sra. Verdú, ponga en nuestra boca palabras que no nos corresponden,
ALDEA y la Plataforma El Cabezo Libre de Petróleo en absoluto
estamos en desacuerdo con tomar la decisión de preguntar a los
vecinos qué opinan sobre almacenar porquerías bajo tierra al lado
de su casa.
Nadie
en su sano juicio estaría contra ello. Estamos a favor de preguntar.
Incluso, como símbolo, está bien: la expresión de la voluntad
popular en un tema de la relevancia
de éste es muy importante, nadie lo puede negar, ni siquiera el
Consejo de Ministros, escudándose en la legalidad (que no
legitimidad). Por ello, como acto
de rebeldía ante la imposición estatal sobre
lo que podemos o no opinar, como simbólico puñetazo
encima de
la mesa para
que quienes estén pensando en venir a
meter nosequé dentro
del Cabezo sepan que se pueden encontrar con un problema serio al
enfrentarse a un pueblo unido, vale. Pero no seamos tampoco ingenuos
pensando que nos salva de algo, por favor.A
nuestros colectivos no nos motiva en absoluto, sin embargo, tomar una
iniciativa que es 1) inútil en estos momentos y que, 2) nosotros ya
hemos realizado en 2.011.
Y de hecho, y aunque finalmente se realice de forma ya muy deslavazada y amateur, iremos a votar y nos agradaría que la gente también lo hiciese. Pero el tema principal no es ése; el verdadero problema es que los árboles nos impiden ver el bosque. Vayamos al trasfondo.
Esta medida, tomada en las actuales circunstancias, está fuera de su tiempo, tras casi 6 años de la noticia, casi agotado el permiso de investigación, casi agotada la legislatura.
Y de hecho, y aunque finalmente se realice de forma ya muy deslavazada y amateur, iremos a votar y nos agradaría que la gente también lo hiciese. Pero el tema principal no es ése; el verdadero problema es que los árboles nos impiden ver el bosque. Vayamos al trasfondo.
Esta medida, tomada en las actuales circunstancias, está fuera de su tiempo, tras casi 6 años de la noticia, casi agotado el permiso de investigación, casi agotada la legislatura.
No
va a ningún lado, por banal, superficial y carente de utilidad -si
por utilidad se entiende poner
un escudo entre el Cabezo y el petróleo,
válgasenos la expresión-.
Se
trata de un disfraz, una máscara de democracia, con la que pretenden
ganarse al pueblo, ya que
si
el Ayto. al completo esta comprometido al NO desde hace años, no
tiene sentido que pregunte ahora.
Si
lo que se quiere es, a punto de terminar esta partida, sondear a ver
la gente qué opina, ya les facilitamos nosotros las 4.169 firmas
recogidas en su día.
Si
lo que quiere es elevar el resultado a otras administraciones del
Estado para demostrar el rechazo del pueblo, esta medida de preguntar
a expensas de la ley no le va a servir para eso....¿Cuál
es la razón escondida, pues, de la puesta en marcha y empecinamiento
en una medida sin utilidad práctica final?
Si
nos distraemos y quemamos nuestras fuerzas y tiempo en acciones de
chicha
y nabo,
dejamos de prestar atención a aquellas acciones que verdaderamente
podrían hacer de Pinoso un lugar más alejado de esos peligros,
acciones que, muchas de ellas y aunque parezca mentira, nuestro
Excelentísimo Ayuntamiento aún
no ha estimado potenciar.
Si alguien que no seamos nosotros se lo exige, a lo mejor ahora que
vienen las elecciones ponen el turbo, lo hacen todo, y todos tan
contentos.
Estas
dinámicas no son nuevas para nosotros, que les seguimos los pasos de
cerca desde hace más de 3 años. Aquí nada es lo que parece, gran
parte de las aparentes medidas tomadas en este tema
petrolífero por
el equipo de gobierno local tienen su "cara b". Fingen
saber lo que están haciendo, cuando en realidad no es así. A base
de mucha y buena publicidad, generan en los vecinos una falsa
sensación de seguridad al pensar: "me puedo sentir protegido
por mi alcalde que dice estar en contra del petróleo y que parece
que está haciendo muchas cosas para ello". ¿Desde cuándo las
declaraciones, por sí mismas, nos protegen automáticamente de algo?
A día de hoy, estamos casi igual que en 2009. Desnudos ante el
peligro.
Aún
y con ello, la situación no es del todo desfavorable porque en
Pinoso estamos teniendo mucha suerte. La crisis ha propiciado que la
idea inicial de almacenar hidrocarburos esté a día de hoy menos
justificada. Si no, otro gallo nos hubiera cantado: si de lo que
desde Pinoso hemos hecho para evitar el proyecto hubiese dependido el
resultado, apostaríamos a que el almacenamiento estaría a día de
hoy a pleno funcionamiento -de hecho, así estaba planificado en el
Ministerio de Industria-.
Y
cuando decimos "desde Pinoso" nos referimos principalmente
a nuestros gobernantes,
y a los partidos de la oposición, de los que se echa de menos su
labor de fiscalización y control, en su caso denuncia pública...etc.
de la actividad del gobierno, especialmente en este tema.
En
cuanto a nosotros, no tiramos la toalla y organizaremos las reuniones
informativas que sean necesarias cuando la población en su conjunto
esté motivada para ello y nos lo solicite porque, en definitiva el
objetivo -el respeto por nuestro entorno natural más cercano- lo
merece y es de todos.
Animamos
a que todo ello cambie, porque en este difícil contexto, en el que
el más fuerte se lleva el gato al agua, a voz del Ayuntamiento, más
presente en los medios y con más capacidad de difusión, termina
convirtiéndose en dogma que casi todo el mundo -tristemente-
acata.
Apelamos a la reflexión y a la búsqueda de información original para que cada cuál juzgue por sí mismo antes de tomar como propia la opinión interesada de otros, incluidos nosotros.
Apelamos a la reflexión y a la búsqueda de información original para que cada cuál juzgue por sí mismo antes de tomar como propia la opinión interesada de otros, incluidos nosotros.
Un
saludo.